
Me tragué hasta el último suspiro. Preferí estarme quieta sin ni tan siquiera parpadear, que hacer cualquier gesto delatador. Sabía que aún me encontraba en el foco de atención.
Cuando me cercioré que nadie me miraba, saque la aguja de punto de su nuca. Pensé en que la próxima vez, no podía asumir tantos riesgos.